La presidenta de la Unión de Clubes de Adultos Mayores (UCAM) de Providencia aborda los desafíos y la importancia de mantener una vejez activa.
Desde su fundación en 2016, la Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor de Providencia ha sido la única en su tipo en la comuna. Gladys Fernández, su presidenta, ha estado al frente de esta organización, enfrentando múltiples desafíos, especialmente a raíz de la pandemia.
“Esta Unión de Clubes de Adulto Mayor se creó el año 2016, es la única que ha habido. Aquí en Providencia son poquitos los clubes, ya que la pandemia se llevó a algunos de los integrantes de las directivas y ha costado volver a recuperarlos. Entonces los clubes no se han reactivado, siguen funcionando, se reúnen de vez en cuando y la personalidad jurídica se mantiene, pero no se han hecho nuevas elecciones,” explica Gladys, señalando el impacto profundo de la pandemia en la organización.
Como presidenta, Gladys ha tenido que lidiar con varios desafíos en su rol de liderazgo. “El primer desafío es poder convencer a las personas mayores, sobre todo a los varones, que tienen que integrarse a grupos para no quedar aislados y seguir manteniéndose vigentes”.
Además de liderar la Unión Comunal, Gladys se involucra activamente en otras actividades comunitarias. “Además soy presidenta del club de las tejedoras y soy la tesorera en el club de bordadoras, con le que nos reunimos todas las semanas. Es un taller de bordado mexicano que doy gratuitamente. Tengo 24 alumnas y nadie quiere irse porque se mantienen vigentes y eso es fundamental para las personas mayores,” relata con entusiasmo.
En cuanto a la importancia de los Clubes de Adultos Mayores para una vida activa y saludable, Gladys es clara. “La actividad física es fundamental. Yo hago dos veces a la semana Fitness, una hora y media. Vamos los dos con mi marido, que siempre andamos haciendo cosas juntos” destaca, mostrando cómo el ejercicio regular es clave para una vida saludable.
Además, Gladys reflexiona sobre los desafíos que enfrentan las personas mayores con la tecnología. “Si la persona tiene un celular inteligente y no sabe ocuparlo, no le sirve nada. Y si el hijo o la hija o el nieto no le enseñan una y otra vez, al día siguiente se les olvida” señala, subrayando la necesidad de un aprendizaje constante. “Esto es de todos los días, es como lavarse los dientes” añade.
Gladys finaliza con una reflexión sobre la alfabetización digital. “A nosotros nos enseñaron a escribir, nos enseñaron a leer, y el que no fue a la escuela se convirtió en un analfabeto. Con la tecnología ocurre lo mismo. Entonces no es cuestión de edad, es poder usar esto que tenemos en el cerebro, seguir metiendo la información” concluye, instando a una integración tecnológica continua y activa para los adultos mayores.
Gladys Fernández, a sus 77 años, no solo lidera, sino que inspira con su compromiso y dedicación a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores en Providencia, demostrando que una vejez activa y conectada es posible.