Una mujer de espíritu joven y energía inagotable ha dedicado su vida a preservar y compartir la cultura folklórica de Chile. A sus 67 años, ha logrado viajar por Chile y diferentes países difundiendo las tradiciones que tanto le apasionan.

Su historia está llena de música, danza, y un profundo arraigo familiar, elementos que han sido claves en su trayectoria como folklorista. Ahora, Julia y su esposo Jaime se preparan para representar a Chile a fines de octubre en el Encuentro Mundial de Baile por Pareja «Dos Calaveras» en México, una oportunidad que refuerza su dedicación a la cultura y a su actual labor con personas mayores.

Desde pequeña, Julia estuvo rodeada de música. Su abuelo tocaba el acordeón, y su padre la armónica. Los recuerdos de las fogatas familiares y los momentos en que todos debían presentar números artísticos marcaron su infancia. Estos momentos sembraron en Julia un amor por la música y la danza, y la motivaron a formar sus propios grupos de baile en la adolescencia, sin importar el cansancio o el hambre. «No miraba el reloj, solo quería cumplir mi compromiso,» relata Julia sobre aquellos años.

Julia no tuvo una formación universitaria formal, pero eso no le impidió convertirse en una referente del folclore en su comunidad. A lo largo de su vida, ha enseñado a niños, jóvenes y adultos mayores, transmitiendo con pasión los conocimientos que ha adquirido en seminarios, cursos y experiencias personales. Su capacidad para liderar y motivar a sus alumnos le ha permitido formar talleres y liderar grupos de danzas tradicionales chilenas, como la cueca y la danza Rapa Nui, entre otras.

En los últimos años, ha volcado su energía en trabajar con personas mayores. «Ellos han redescubierto su vida a través del folclore,» dice emocionada. Para Julia, el folklore no es solo una expresión artística, sino una herramienta para que las personas mayores reconozcan su valor y retomen el control de sus vidas, agenda y actividades. Los talleres que imparte en el Centro de Cuidado para Personas Mayores en Maipú han sido un éxito, y muchas de sus alumnas aseguran que sus vidas han cambiado gracias a la danza.

Esta folklorista no solo enseña a bailar, también transmite un mensaje de vitalidad y renovación. «Estamos en nuestro otoño, pero nuestro espíritu debe ser siempre primavera,» afirma. Para ella, la música y la danza tienen el poder de transformar, de hacer florecer a las personas en cualquier etapa de la vida. Su misión es que sus alumnos, especialmente las personas mayores, redescubran sus raíces y vivan con entusiasmo cada día.

Julia y Jaime, su esposo y compañero de baile por más de 40 años, están a punto de vivir una nueva aventura. A finales de octubre, viajarán a México para representar a Chile en el Encuentro Mundial de Baile por Pareja «Dos Calaveras,» en el municipio de Jilotzingo, en el marco de la celebración del Día de los Muertos. Este viaje, que surgió tras una invitación inesperada, es un reconocimiento al trabajo y la dedicación de Julia en el mundo del folclore, y representa un sueño hecho realidad.

Julia es un ejemplo vivo de cómo el Folklore puede trascender generaciones y fronteras. Su viaje a México es solo una parada más en una vida dedicada a la enseñanza, el liderazgo y la música. Julia y Jaime, con su historia de 40 años bailando juntos, nos recuerdan que la tradición es una danza eterna, que se nutre del pasado pero que siempre está en movimiento hacia el futuro.